Esta publicación de la Universidad de Chile con apoyo de la Organización Latinoamericana y Caribeña de Energía (OLACDE), destaca la importancia de la integración energética en América Latina como una estrategia clave para fortalecer la seguridad del suministro, reducir costos y promover la descarbonización regional. Sin embargo, la fragmentación regulatoria, la infraestructura limitada de transmisión y las divergencias políticas han limitado el potencial de cooperación de la región, haciéndola vulnerable a los impactos del cambio climático y dificultando la optimización de los recursos renovables. Impulsar una agenda de integración estratégica y reforzada es fundamental para potenciar los beneficios económicos, sociales y ambientales y avanzar hacia un modelo energético más resiliente.
