“El perfil de la producción de hidrógeno en nuestra región no se tiene que convertir en una nueva industria extractivista, porque así terminamos exportando sol y viento. El importante potencial de desarrollo del hidrógeno puede escurrir a lo largo de toda nuestra economía generando empleo y conocimiento”. Mencionó el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), Alfonso Blanco.
Durante el encuentro de “Jueves de Hidrógeno” organizado, el 23 de junio de 2022, por la Secretaría de Planificación de la provincia argentina de Río Negro, en el marco de su Plan Estratégico Hidrógeno Verde, que consiste en un ciclo de charlas dedicadas a tratar temas sobre: energías renovables, hidrógeno, energía y ambiente.
La región como un gran productor de hidrógeno
El secretario ejecutivo indicó que “el hidrógeno es un vector energético que permite manejar y almacenar la energía de origen intermitente como es la eólica y la solar”. Por lo que resaltó que “nuestra región tiene, en términos de energía solar y eólica, de los mejores recursos a nivel global y, por lo tanto, se puede posicionar como un gran productor de hidrógeno».
Reducción de Gases Efecto Invernadero
Al respecto mencionó, que el hidrógeno se constituye como una de las acciones en términos de reducción de gases de efecto invernadero, que tiene mayor potencialidad de desarrollo futuro; y que brinda una solución a los usos finales de energía, que hoy en día, no tienen la posibilidad de ser electrificados de forma directa.
Usos finales de energía
«Se incorpora a nivel de la matriz de consumo final de energía en distintos usos finales y bajo diferentes formas como amoníaco verde y la producción de combustibles sintéticos. Si le agregamos que también podemos generar fertilizantes para nuestra región, es una oportunidad enorme que debemos trabajar a futuro».
En su diálogo, el secretario ejecutivo, Alfonso Blanco, también resaltó algunos puntos a tener en cuenta, entre ellos:
-La necesidad de inversiones en renovables, líneas de transmisión, plantas de amoníaco, plantas de almacenamiento y facilidades portuarias.
– Sistemas de certificaciones internacionales que den cuenta de la trazabilidad del hidrógeno.
– Demanda doméstica que ayude a crear competitividad.
– Posibilidad de que los productores de hidrógeno se conviertan en productores de fertilizantes.
– Valorización de las cadenas de suministro locales, entre otros.
