Junio 2024
Ciberseguridad: Urgente desafío para el sector energético de América Latina y el Caribe

En la era digital que vivimos, la ciberseguridad del sector energético ha demostrado ser fundamental para la estabilidad económica y la seguridad nacional. La conectividad entre los sistemas digitales y la infraestructura energética crítica presenta, tanto oportunidades para la eficiencia operativa, como amenazas sin precedentes. América Latina y el Caribe, con sus mosaicos económicos y tecnológicos, enfrentan desafíos únicos en esta área, en especial la importancia de implementar estándares internacionales de seguridad para fortalecer y proteger la infraestructura crítica y asegurar un desarrollo económico sostenible. Esto subraya la necesidad urgente de adaptarse a un entorno digital en constante evolución.

La Ciberseguridad en el sector se centra en proteger los sistemas críticos de generación, transmisión y distribución de energía, así como la infraestructura en la industria de gas y petróleo. Este año 2024, los ataques de ransomware están creciendo drásticamente contra infraestructuras críticas como energía nuclear y petroleras, causando interrupciones y demandas millonarias, revelando vulnerabilidades y amenazando la seguridad energética y económica.

Los avances en la digitalización han simplificado estos procesos, pero también han ampliado el rango de ataque y expuesto la infraestructura a riesgos importantes.

En América Latina y el Caribe el panorama es particularmente complejo en ámbitos como la falta de una regulación clara, la escasez de expertos calificados y la inversión limitada en tecnología de seguridad. Estas deficiencias aumentan la vulnerabilidad de la región a las amenazas cibernéticas.

Los últimos años se ha producido un aumento alarmante de los ataques de ransomware en nuestra región. La declaración de un estado de emergencia nacional debido a la interrupción de los servicios públicos y la pérdida de datos sensibles ha puesto de relieve el potencial devastador de los ciberataques a infraestructuras críticas y ha subrayado la urgente necesidad de fortalecer la ciberseguridad en la región.

El impacto económico de los ciberataques en América Latina y el Caribe es significativo y representa aproximadamente 1% PIB anual, que puede aumentar hasta un 6% si la infraestructura crítica se ve comprometida. Solo 10 de los 33 países de la región están por encima del promedio mundial en el índice Global de Ciberseguridad 2020, lo que pone de relieve la brecha existente en esta área.

Este índice también indica que nuestra región tiene el nivel más bajo de ciberseguridad en relación con otras regiones del mundo, subrayando la necesidad urgente de fortalecer las capacidades y estrategias de ciberseguridad en la región.

Las restricciones presupuestarias y la falta de inversión en tecnologías de seguridad avanzadas están exacerbando la situación. Este problema es particularmente grave para las pequeñas y medianas empresas que carecen de los recursos necesarios para implementar soluciones de seguridad sólidas.

Para mejorar la seguridad en el sector energético es importante adoptar estándares internacionales para garantizar la integridad y confiabilidad de la infraestructura crítica y mitigar el impacto de los ciberataques.

La ciberseguridad en el sector energético es sin duda un tema clave para América Latina y el Caribe, dada la acelerada digitalización y las amenazas cibernéticas cada vez más sofisticadas. Es importante que las partes interesadas del sector energético adopten un enfoque estratégico basado en inteligencia sobre amenazas, fomenten la cooperación entre naciones y alineen sus actividades con estándares unificados de ciberseguridad. Los ataques persistirán y la región debe estar preparada para responder y mitigar eficazmente estas amenazas.

En este sentido, la cooperación regional y el intercambio de información entre países y organizaciones internacionales es esencial.

Andrés Rebolledo Smitmans
Secretario Ejecutivo Olade

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