En agosto de 2025, la generación eléctrica de América Latina y el Caribe alcanzó 161 TWh, un nivel similar al del mes anterior. No obstante, se observaron variaciones en la participación relativa de las distintas fuentes de generación, junto con una variación interanual positiva del 3.9% respecto a agosto de 2024, lo que confirma una tendencia de crecimiento moderado pero sostenido del sector eléctrico regional.
La hidroelectricidad se mantuvo como la principal fuente de generación, con una participación del 43.6%, aunque registró una reducción mensual asociada a condiciones hidrológicas menos favorables en varias subregiones. Esta disminución fue compensada por un mayor aporte del gas natural, que alcanzó el 26.1% del total, consolidándose como un componente clave para la seguridad y estabilidad del suministro eléctrico.
Las energías renovables no convencionales, en particular la eólica y la solar, continuaron expandiéndose gracias a nuevas instalaciones y a la disponibilidad de recursos naturales, contribuyendo a la diversificación de la matriz eléctrica regional. Sin embargo, el mayor uso de fuentes térmicas incidió en una reducción del índice de renovabilidad, que se ubicó en 63%, uno de los valores más bajos observados en los últimos cinco meses.
A pesar de este comportamiento, los datos evidencian una marcada heterogeneidad entre países: mientras Paraguay, Costa Rica y Uruguay presentan matrices eléctricas prácticamente 100% renovables, otros países mantienen una alta dependencia de combustibles fósiles, reflejando los distintos ritmos y desafíos de la transición energética en la región.
