América Latina y el Caribe están en un punto de inflexión para su energía. En un escenario global de urgencia climática, transformación tecnológica y la necesidad de asegurar la seguridad energética y el desarrollo económico, nuestra región se está moviendo hacia una transición energética que combina ambición climática con realismo técnico y una visión estratégica a largo plazo. El Panorama Energético de América Latina y el Caribe 2025, presentado por OLACDE, confirma esta tendencia y ofrece evidencia contundente del nuevo mapa energético regional en proceso.
Los resultados de 2025 muestran un importante avance. La capacidad de generación de energía renovable aumentó un 7%. Hoy, el 67% de la electricidad disponible en la región proviene de fuentes limpias, y la energía eólica y solar las dominan (61 % de la nueva capacidad instalada durante el año), aumentando un 19% su oferta respecto al año pasado. Estas cifras son un signo no solo de la capacidad natural de la región, sino también de regímenes regulatorios propicios, mayor experiencia tecnológica y un creciente interés por inversiones en proyectos ambientalmente sostenibles.
El 2025 el consumo eléctrico final aumentó un 3.7% y per cápita subió un 2.6%. Estos datos muestran el avance económico en la electrificación, necesario para construir sistemas eléctricos más eficientes y descarbonizados. Mientras esta tendencia continúa, el almacenamiento de energía está comenzando a hacer una contribución importante: la región ya cuenta con 1.7 GW de capacidad instalada en baterías y es crítico para absorber la variabilidad de las renovables.
Al mismo tiempo, el gas natural se está convirtiendo en la principal fuente de energía firme en transición. La capacidad de generación de gas aumentó un 12% en 2025, mientras que la generación de electricidad con carbón y petróleo y sus derivados disminuyó significativamente, un 21% y un 31%, respectivamente. Esta tendencia refuerza el hecho que el gas natural sirve como respaldo estratégico, complementando los recursos renovables para ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con otras alternativas de combustibles fósiles más intensivas en carbono.
El mismo cambio también se puede observar en el ámbito del transporte. La movilidad eléctrica en América Latina y el Caribe está aumentando rápidamente. Entre 2022 y 2025, el número total de vehículos ligeros electrificados en circulación creció un 851%, casi multiplicándose por diez. Y en 2025 aumentaron las ventas un 52%. Este fenómeno anticipa cambios estructurales en la demanda de energía, la planificación urbana y la infraestructura eléctrica que marcan a la región como un mercado emergente para la electromovilidad.
A largo plazo, las proyecciones para el año 2050, bajo un escenario de descarbonización acelerada (NET-0), presentan desafíos de enorme magnitud y oportunidades monumentales. El consumo de energía aumentaría un 42% en total y el consumo eléctrico crecería un 156%. La capacidad de generación de electricidad instalada tendría que triplicarse, con una participación renovable que alcanzaría el 83%, así como una expansión particularmente rápida de la energía eólica y solar que quintuplicarán su capacidad instalada.
Este escenario necesitaría alrededor de 1,000 GW de más capacidad de generación eléctrica adicional y alrededor de 80 GW en sistemas de almacenamiento de baterías, con una inversión estimada de casi 1.5 billones de dólares, el 90% de los cuales sería capacidad renovable. El gas natural seguiría desempeñando un papel relevante: aproximadamente el 22% de la generación de electricidad en 2050 y el 34% del suministro total de energía provendría de él, mientras que la participación del petróleo y el carbón disminuiría sustancialmente.
En este horizonte, surgen claramente nuevas demandas: energía para el transporte, la expansión de centros de datos y el hidrógeno verde. Combinados, estos usos podrían representar grandes porcentajes del consumo regional de electricidad para 2050, llamándonos a planificar ahora para crear sistemas eléctricos más robustos, resilientes, conectados y receptivos.
El Panorama Energético de América Latina y el Caribe 2025 se consolida como una publicación estratégica para gobiernos, organizaciones, inversores y círculos académicos por igual. Sus datos y proyecciones confirman que la región va en la dirección correcta, pero también que el éxito de la transición dependerá de decisiones oportunas que construyan cooperación regional, marcos regulatorios estables y una movilización sin precedentes de inversión y capacidades técnicas.
Desde OLACDE, estamos comprometido para seguir trabajando con nuestros 27 países miembros y continuar proporcionando datos precisos, análisis técnicos y espacios de diálogo que transformen estos desafíos en oportunidades de desarrollo sostenible para toda nuestra región.

