En septiembre de 2024, la inflación energética en América Latina y el Caribe continuó su tendencia a la baja, registrando una inflación mensual negativa de -0.10% y una inflación anual del 1.62%, impulsada principalmente por una caída del 6% en los precios del petróleo respecto a agosto. Esta situación se da en contraste con los países de la OCDE, donde la inflación energética se mantiene negativa y ha disminuido en la mayoría de sus miembros, en un contexto de reducción generalizada de los precios de la energía a nivel global. Estos resultados reflejan importantes cambios en los mercados energéticos que impactan directamente en la economía regional.