En junio de 2024, la inflación energética en América Latina y el Caribe registró una leve alza mensual del 0.06%, manteniendo la tendencia a la baja que se ha observado durante cuatro meses consecutivos. La tasa anual se ubicó en 2.29%, cifra inferior a la inflación total regional del 4.33%, reflejando una desaceleración en los precios del sector energético en la región. Esta dinámica contrasta con la situación en algunos países de la OCDE, donde la volatilidad de los precios de la energía se hizo evidente, con aumentos significativos en naciones como Turquía y Chile, y fuertes disminuciones en Reino Unido e Italia.